La necesidad del ser humano sobre el constante cambio se remonta al principio de nuestra historia. Las ganas de ir más allá, en migrar y aventurarnos en viajes a lugares insospechados del planeta, en explorar el fondo del océano, en descubrir nuestro entorno y en embarcarnos en misiones desafiantes para explorar el universo. Más allá de la búsqueda de mejores condiciones de vida, de un territorio más grande y propicio para el asentamiento e incluso de mayores beneficios económicos, está la curiosidad innata del ser humano con la motivación de explorar. Todos los grandes viajes hacia lo desconocido comienzan en las mentes de los aventureros. Ese espíritu explorador ha empujado a varios a buscar nuevas rutas, experiencias y aprendizajes, considerando nuevas posibilidades en todo el proceso. En el camino se han encontrado con varios desafíos y dificultades, pero la clave está en cómo los han enfrentado. Los migrantes, al igual que los exploradores, deciden embarcarse en el desafío de ir a nuevas tierras. De esta manera, siempre llevan algo de su mundo con ellos: comidas, creencias, costumbres, conocimientos, entre otros. Esto impacta las sociedades y las va mutando. Los distintos roles que los seres humanos cumplen en estos procesos también se van transformando y organizando para resolver nuevos problemas. De esta forma, aprenderemos a respetar a los demás y a escuchar activamente sus relatos de vida de manera de construir una sociedad más unida. Te invitamos viajar en el tiempo para entender y analizar por qué las personas siempre han tenido la curiosidad de saber qué hay más allá de las tierras conocidas y aprender a que los obstáculos siempre pueden ser oportunidades. Reflexionaremos sobre como el ser humano sigue teniendo los mismos desafíos, intereses e inquietudes que llevaron a nuestros antepasados a moverse y buscar nuevos horizontes.